TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN

LA SALUD EMPIEZA EN LA MENTE

INTRODUCCIÓN

Los trastornos de la alimentación se definen como aquellos en los que el sujeto muestra una forma de comer anormal sin que exista algún factor físico asociado al que pudiera atribuirse dicha anomalía, como por ejemplo algunas enfermedades físicas como las digestivas o el cáncer, o alguna otra alteración psiquiátrica que genere los cambios referidos en los criterios diagnósticos de los trastornos alimentarios.  Los trastornos más frecuentes son la anorexia nervosa, la bulimia y la vigorexia, cada uno de ellos con un curso y pronóstico diferentes, así como tratamientos distintos.

Los trastornos alimentarios han aumentado su frecuencia dada la mayor difusión de su cuadro clínico y a las exigencias sociales, en relación  a los estereotipos de belleza física predominantes en el mundo.  Pareciera que hoy,  a diferencia de lo que sucedía en el pasado, ser delgado es un signo de salud y lo contrario de enfermedad.

CAUSAS

Los trastornos de la alimentación son un ejemplo clásico de lo que sucede cuando se conjuntan factores psicológicos, familiares, sociales, culturales y biológicos, ya que todos ellos parecen tener un papel igualmente importante en la génesis de los síntomas. Dentro de los factores psicológicos y familiares se encuentran padres que, o tienen a su vez un trastorno alimentario o generan en su relación con los hijos una personalidad proclive a presentarlo, es frecuente encontrar conflictos familiares en los que la figura de la madre es dominante y el padre aunque parece muy cercano, sostiene una relación ambivalente en particular con las hijas, siendo seductor pero frío a la vez.  Es frecuente encontrar a familiares con alguna de estas enfermedades hasta en tres generaciones previas, lo que apoyaría una predisposición genética clara, parece que algunos de los mecanismos de transmisión genética de los trastornos afectivos son compartidos por los trastornos que nos ocupan.  Desde el punto de vista bioquímico no se han encontrado alteraciones claras que expliquen la totalidad de los síntomas, pero al igual que en los trastornos afectivos pudieran tenerse fallas en la regulación serotoninérgica y catecolaminérgica, esto apoyado por la mejoría que algunos pacientes presentan cuando se administran medicamentos que actúan en estos neurotransmisores.  Estos trastornos se presentan con mayor frecuencia en la población femenina, en el caso de la anorexia la frecuencia en mujeres es 20 veces mayor que en los hombres, es posible que además esté involucrado algún factor hormonal aún no determinado.   Los factores sociales y culturales son importantes, son trastornos que se presentan con mayor frecuencia en poblaciones de un nivel socio-económico elevado, la influencia de las exigencias sociales en esos grupos en relación a la belleza física y a la discriminación de la que son objeto las personas obesas, han hecho que la enfermedades de éste tipo sean más visibles, aunque no se sabe si más fecuentes.

 

ANOREXIA NERVOSA

Esta patología es una alteración seria y potencialmente fatal (5-18% mueren), de la imagen corporal con una restricción alimentaria autoimpuesta resultando en desnutrición severa. La prevalencia es del  0.5 al 1% de las adolescentes, la edad de  inicio oscila entre los 13 y los 20 años.

Los criterios diagnósticos son:

A. Peso menor al 85% del esperado.

B. Miedo a ganar peso aún teniendo déficit.

C. Alteración en la percepción de la imagen corporal.

D. Amenorrea, 3 ciclos consecutivos.

El curso de esta patología es crónico, alternando exacerbaciones y  remisiones, aunque no existe un tratamiento totalmente curativo, las pacientes mejoran de manera significativa, cambiándose la historia natural de la enfermedad si son atendidas  de manera integral. El criterio de mayor importancia es la alteración en la percepción de la imagen corporal, ya que una  característica común en estas pacientes es precisamente percibirse al espejo con un cuerpo siempre por arriba del peso que ellas desean, pueden llegar a presentar pesos de 30 o 40 kg y aún así decir que tienen un peso excesivo. 


BULIMIA NERVOSA

La enfermedad consiste en la presencia de episodios de ingestión rápida y compulsiva de grandes cantidades de comida en un período corto, seguido de vómito autoinducido, uso de laxantes o diuréticos y ejercicio vigoroso para no ganar peso. La prevalencia del trastorno va del  1 al 3% de mujeres jóvenes, con una edad de  inicio aproximada entre los 16.5 y los 18 años, la relación  hombre-mujer es de  1:10.

Los criterios diagnósticos para bulimia son los siguientes:

A. Episodios de alimentación excesiva

B. Conducta compensatoria inapropiada para evitar ganar peso (laxantes, diuréticos, vómito,      enemas, ejercicio, etc.)

C. Ocurre 2 veces a la semana por 3 meses

D. Autoevaluación influida por la imagen corporal y el peso.

E. No ocurre durante anorexia nervosa.

A diferencia de lo que sucede con anorexia, los pacientes tratados farmacológicamente pueden disminuir sustancialmente los episodios de vómito y “atracones”.

 

VIGOREXIA

Este trastorno, cada vez más común, consiste en la realización excesiva de ejercicio por parte del sujeto, pasando varias horas en el gimnasio o en el centro deportivo al día, cuidando en exceso su alimentación, utilizando a veces sustancias o medicamentos que lo ponen en riesgo para lograr bajar de peso o ganar masa muscular, frecuentemente utilizan esteroides anabólicos o anfetaminas, el ejercitarse y “verse bien” para ellos es más que una rutina recreativa o sana, se convierte en una actividad compulsiva que igualmente pone en riesgo su salud.

TRATAMIENTO

Al ser un grupo de trastornos con un origen multifactorial, de igual forma requieren para su tratamiento la intervención de un equipo multidisciplinario, tanto para su evaluación como para su tratamiento. Es recomendable iniciar el tratamiento con una evaluación médica integral por parte de un  médico internista, para primero descartar que se trate de una patología de tipo médico como las que ya cité al principio de este tema, y en segundo lugar se determinen las condiciones físicas actuales del paciente y en su caso se traten a la brevedad. Los pacientes deben ser evaluados por un psiquiatra quién determina el diagnóstico y hará igualmente el diagnóstico diferencial con otras enfermedades mentales que cursan con síntomas similares, como la esquizofrenia, los trastornos afectivos o los trastornos de personalidad, determinando si se requiere además de algún tipo de tratamiento farmacológico.  La psicoterapia es la base fundamental del tratamiento psicológico, los pacientes requieren tanto de tratamiento individual como familiar, los diversos tipos de psicoterapias han demostrado ser efectivas si son llevadas por manos expertas, tanto la psicoterapia cognitivo-conductual como la de corte psicoanalítico son las más utilizadas.  Es conveniente también contar con la ayuda de un especialista en nutrición para que determine la dieta más adecuada para cada paciente.  Como podemos ver el tratamiento de un grupo de enfermedades complejas también lo es.

PRONÓSTICO

Como ya se mencionó en repetidas ocasiones en las líneas superiores, el pronóstico es variable, por tratarse de enfermedades de tipo crónico, en las que intervienen múltiples variables, para las que no se tiene una cura específica                cada caso es diferente y el pronóstico puede cambiar. No por eso debemos olvidar el mantener un control estrecho de cada paciente.  

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